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miércoles, 17 de febrero de 2016

¿El Matrimonio También ha evolucionado?



¡Hola! En esta nueva entrada del Blog hablaremos sobre la evolución del matrimonio. Aquí vamos a introducir todo sobre este tema, como vestían las novias, y también como ha cambiado  la manera de pensar de la sociedad de la época pasada hasta ahora.


La historia del matrimonio la dividiremos en cuatro periodos, y no en todos estos periodos ha sido igual. Estos son: Período Primitivo; Período del Derecho Romano, Período del Cristianismo y Período Contemporáneo.
Debemos considerar que el matrimonio para llegar a su estructura actual, ha tenido que sufrir un largo proceso de evolución y perfeccionamiento. a partir de la época más primitiva de la humanidad, cuando parece ser que era práctica corriente la unión del hombre con varias mujeres (poligamia). Hoy se conserva la poligamia entre los mahometanos, con tendencia a desaparecer
“Poligamia, es el Régimen familiar que permite tener más de una esposa al mismo tiempo”
Con el Derecho Romano el matrimonio empieza a perfilarse hacia su actual estructura. Durante la etapa del Derecho Romano Arcaico, se conserva el matrimonio de hecho, pero el extraordinario criterio jurídico de este pueblo, confiere a esta unión una significación especial, desde el punto de vista espiritual. Se le da mayor relevancia al aspecto espiritual, a la intención de quererse y permanecer unidos para toda la vida, En consecuencia, aunque no indisoluble y es en este sentido como debe entenderse la definición de Modestito, que en el Digesto, señaló que el matrimonio es “unión del hombre y la mujer; consorcio para toda la vida; comunidad de derechos divinos y humanos”.
La expansión de Roma, la vida licenciosa a que se entregaron los conquistadores y el contacto con otros pueblos y costumbres, hacen que cada día se relaje más el matrimonio y aumenten el divorcio y el adulterio.
El período del Cristianismo, dentro de la historia de la evolución del matrimonio, puede separarse en dos etapas: la anterior al Concilio de Trento y la que sigue a éste. La primera se inicia hacia el siglo IX, cuando comienza tímidamente a ser regulado el matrimonio por normas cristianas, siendo de señalar que éstas no se aplican por igual en todas partes ni son rigurosamente ordenadas. El proceso de estructuración de estas normas hubo de ser lento y gradual, acentuándose a medida que la iglesia va ganando adeptos para imponer sus puntos de vistas al poder secular. Para el siglo X ya se reconoce que Es la Iglesia la única fuente de autoridad en materia de matrimonio y en el siglo XII llega a establecerse de manera uniforme el pensamiento canónico respecto a la naturaleza del vínculo matrimonial y a la forma de constituirlo, para culminar con el Concilio de Trento (1542-1563), por el cual se establece que toda la materia relativa a la institución del matrimonio queda regida por normas del Derecho canónico y se afirma que es de la sola competencia dela Iglesia cuanto concierne al estado y condición de las personas. 

El matrimonio es elevado a la dignidad de sacramento solemne, la unión de los esposos es la imagen de la unión de Cristo con su Iglesia y como tal indisoluble “Lo que Dios une, el hombre no lo puede separar”. Así pues si bien el vínculo nace de la libre voluntad de los contrayentes su consagración ante la Iglesia lo eleva a la categoría de sacramento indisoluble.
En Holanda, hacia 1580, ya aparece el matrimonio civil para que puedan legalizar su unión aquellos no afiliados a la Iglesia Católica y de esta manera el Poder Civil va reivindicando para sí lo concerniente al matrimonio, variando desde luego en los diferentes países según varía en ellos la influencia dela Iglesia. En Francia igualmente aparecen en el Siglo XVI Ordenanzas que atribuyen al Estado jurisdicción sobre algunas causas matrimoniales, sustrayéndolas de los Tribunales Eclesiásticos, para culminar con la Revolución francesa, cuando la Constitución de 1971 proclama el principio de que el matrimonio es un es un estado civil y no religioso, cuya regulación por tanto corresponde exclusivamente al poder civil; debe celebrarse ante la autoridad civil y registrarse en los libros correspondientes.

Se debe acotar igualmente, que ya en Inglaterra en el Siglo XVIII se había establecido el matrimonio civil obligatorio, así como en Holanda y Alemania, pero es, sin duda, con la Revolución Francesa, como se extiende a todo el mundo católico el matrimonio civil.
No escapó Venezuela a la influencia secularizaste del matrimonio y, aunque durante la Colonia y período dela Independencia solo se aplicaron las normas del matrimonio canónico, la Ley del 7 de abril de 1826, sancionada por el Congreso General de Colombia, establece que los varones menores de 21 años y las mujeres menores de 18, necesitaban autorización de sus ascendientes, y en defecto de éstos de determinados funcionarios, para poder contraer matrimonio válidamente.


El 9 de agosto de 1828, por Decreto del Libertador, se prohibió a los españoles contraer matrimonio en Venezuela, prohibición derogada por el Congreso de Venezuela en 1831.

Cada época tiene sus preferencias, sus propios gustos musicales, sus directores de cine de cabecera, y, cómo no, su ropa. La moda se adapta a las últimas tendencias, y prueba de ello son los retratos de boda que en la mayoría de casas ocupan un lugar central en el salón. No hay mayor prueba del paso del tiempo que la foto de boda, donde descubrir si se llevaban las pajaritas, las corbatas anchas o los encajes.


La evolución de los vestidos de novia ha pasado por múltiples etapas y grandes cambios que se ven reflejados en la sociedad del momento. Nos pensamos que el vestido de novia ha sido siempre blanco, pero eso no fue así. Sus orígenes se remontan a la época de Roma donde las mujeres utilizaban una túnica blanca para el enlace y la usaban a diario.
En la Edad Media lo más común eran los vestidos rojos ya que simbolizaban riqueza y poder. Es a partir del siglo IX, cuando los vestidos se volvieron más importantes y desde entonces tanto su forma como su color han ido variando.
En el siglo XIII, el color azul fue el favorito, color que se asocia a la Virgen, un símbolo de fidelidad y amor eterno.
En el siglo XVIII, influyó el Barroco y el Neoclasicismo y se divulgaron los colores pasteles (rosas) pero la nobleza se fue interesando por vestidos en tonos metalizados, con bordados en plata y oro con el que se hacía ver el estatus social.
Y en el siglo XIX, el vestido de novia se transformó en un artículo de moda. Es cuando aparecer el color blanco por excelencia y se popularizó gracias a la boda de la Reina Victoria I de Inglaterra y Alberto de Sajonia. La novia debía contar con tres vestidos para el matrimonio: rosa para la recepción, negro para el contrato matrimonial y para el matrimonio civil el blanco con velo para la ceremonia en la iglesia.
A finales del siglo XIX, se incorporan en el mercado nuevas tendencias que marcaron la calidad con encajes hechos a mano.
En el siglo XX, el color blanco ya se consideraba un estándar y en la primera década, los vestidos simbolizaban la riqueza y eran vestidos largos. Los vestidos blancos siempre se relacionaron con la pureza.
En la década de los 20 y los 30 se fueron acortando, dejando al descubierto las piernas y los vestidos eran más ajustados. Las novias lucían vestidos de telas con caída y velos que rodeaban la cabeza.


En los 40, las mangas de los vestidos eran ligeramente más ajustadas con volumen en los hombros y escote corazón.


En los 50, hubo una influencia del Rock and Roll que llegó a los trajes nupciales. Christian Dior fue el diseñador por excelencia donde crea diseños más minimalistas.



En los 60, destaca la informalidad. Las mini faldas arrasaban en las pasarelas y algunas arriesgadas novias las usaron en su boda, como la boda de Yoko Ono y John Lennon.


En los 70 el movimiento hippy con vestidos de corte sencillo, sin volumen, con algún volante o florecillas y colores pastel. Flores en el pelo.


Los 80 fue la era del pop, vestidos con hombreras, mangas farol, escotes princesa y cancanes aportando mucho volumen. En esta década se casaron varios famosos como la princesa Diana de Gales.


En los 90, las novias se iban dirigiendo poco a poco a la sobriedad aunque el velo es un elemento que ha perdurado hasta hoy.










                                   
¿Y a ti que epoca te gusta más?



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